El complejo arqueológico de Q’enqo fue un importante recinto religioso inca, en el cual se realizaban ceremonias en honor a los dioses mayores de la cultura inca.
Lo que hoy queda del complejo arqueológico de Q’enqo son rocas labradas que no pudieron ser destruidas por los españoles, poco queda de los senderos y acueductos, tampoco están los recintos, los depósitos ni los baños litúrgicos.
La traducción de la palabra Q’enqo o Kenko sería «Laberinto» aludiendo a los túneles, pasajes, y canales subterráneos que albergaba este lugar, se cree que los españoles le dieron forma a la denominación del lugar llamándolo «Q'enqo» cuando tradicionalmente en la época Inca se le conocía como «Q’inqu».
Está ubicado a las afueras de la ciudad el Cusco, en el cerro Socorro, a 3580 m de altura, a 5 km del centro de la ciudad.
Q’enqo está esculpido en su totalidad en una formación rocosa natural, la importancia religiosa de este sitio generó su destrucción por parte de la colonia española; sin embargo, al ser completamente de piedra, logro resistir los ataques.
Al interior se encuentran tallados tres animales importantes en la cosmovisión andina: el cóndor, el puma y la serpiente.
Está compuesto por dos lugares principales conocidos como Q’enqo grande, que es la formación rocosa más grande, y una roca más pequeña, llamada Q’enqo chico.
Los conjuntos que describimos fueron, sin duda, santuarios muy significativos para los incas. A pesar de la destrucción que sufrió este complejo durante la colonia, lo que se puede apreciar actualmente dentro de él, aún es impresionante y colosal.
Está ubicado en la parte superior de la gran roca, constituido por dos prominencias pétreas de forma cilíndrica que se alzan verticales sobre un pedestal casi elíptico, todo labrado en la parte superior de la misma roca.
El uso de los intiwatanas (que significaría «donde se amarra el sol») durante el incario es hasta ahora un enigma. Se presume que era una especie de observatorio astronómico, que los amautas utilizaban para medir el tiempo, para establecer las estaciones, determinar los solsticios y equinoccios, y también, como Adoratorio donde se rendía culto al Sol, a la Luna y a las estrellas.
Con la llegada del solsticio de invierno, los premios rayos del sol caen justo en este lugar, formando la figura que se asemeja a un puma con ojos brillantes.
Es una cámara subterránea, que tiene labrado suelo, techo, paredes, mesas y alacenas en una sola roca gigantesca. Se dice que esta cámara subterránea, pudo haber sido usada para embalsamar cadáveres de los nobles incas, como lugar de sacrificios humanos y de llamas.
Al estar bajo tierra, era símbolo de la entrada al mundo de los muertos.
Ubicado sobre la gran roca y muy cerca al Intiwatana. El zigzagueante canal parte de un pequeño hoyo y se desplaza hacia abajo en plano inclinado y línea quebrada, que luego se bifurca, una de estas ramas conducía el líquido hasta la Cámara subterránea o Sala de Sacrificios (según el historiador cuzqueño Víctor Angles). El líquido pudo ser chicha consagrada o sangre de seres sacrificados para los dioses.
Se trata de una enorme área semicircular de 55 m. de largo, con 19 hornacinas incompletas, distribuidas a lo largo del muro. Durante el incanato este lugar fue un templo para ceremonias públicas. Por delante del área libre, se encuentra un gran bloque de piedra de 6 m. de altura que descansa sobre un sólido pedestal rectangular.
Tiene hornacinas distribuidas alrededor del anfiteatro a manera de asientos, pero de acuerdo a investigaciones recientes, es muy probable que en realidad hayan sido las bases de un gran muro, ubicado en cada uno de ellos, la representación de una entidad a la que rendían culto.
El bosque de Q’enqo es una parada obligatoria para los amantes de la fotografía y si quieres tener un recuerdo de tu visita. El ingreso es completamente gratis y está ubicado a pocos metros del sitio arqueológico.
El bosque está conformado de imponentes árboles de eucalipto que te dejaran maravillado. Es un lugar único e increíble, por este motivo fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Lunes a domingo de 08:00 am a 17:30 pm.
El precio de la entrada está incluida en el Boleto Turístico.
Al estar ubicado a unos cuantos kilómetros de la ciudad del Cusco, se puede llegar a Q’engo de diversas maneras:
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