Los inicios de esta grandiosa fiesta provienen de la época de los incas, tiempo en el que se honraba a los mallquis (cuerpos momificados de los incas). Anualmente, el pueblo realizaba procesiones por la ciudad que eran parte de un culto para honrar a los fallecidos. Estas procesiones concluían en reuniones masivas, en las que se servían banquetes ceremoniales, donde había abundante comida y se consumía la tradicional aqha o la ahora conocida como chicha blanca, como acto de reverencia a sus divinidades.
No fue hasta la llegada de los invasores españoles que esta tradición experimentó un cambio importante debido a la introducción del catolicismo y la religión que estos poseían, ya que consideraban que realizar estos actos denigraban a su cultura y su religión.
Los religiosos de ese entonces, tomaron la decisión de acabar con esta tradición que consideraban “pagana”, obligando a reemplazar los restos venerados por imágenes de la virgen y algunos santos católicos. Es así, que en el Cusco, se dio el inicio a esta tradición que al día de hoy perdura y ya es parte de la cultura andina.
Existen algunos sucesos que impactaron en la celebración, como es el terremoto años 50 en la ciudad del Cusco. Durante esta época hubo dificultades para llevar a cabo la procesión de los santos porque las familias afectadas del terremoto se encontraban refugiadas en la plaza, a pesar de la situación se acomodó el trayecto para poder realizar la procesión con normalidad.
Otro hecho importante fue el fallecimiento del arzobispo Luis Vallejos en 1982. La jerarquía eclesiástica ordenó suspender la procesión de ese año, sin embargo, los mayordomos rechazaron la propuesta. La procesión se realizó con normalidad, pero con algunos cambios que reflejaban la situación de luto que se vivía en aquella ocasión.
En la ciudad del Cusco existen algunas actividades que se regulan por el calendario lunar, dentro de ellas se considera la Semana Santa, la festividad del Señor de Qoyllurit´i y la procesión del Corpus Christi.
En caso del Corpus Christi, se cuentan 9 semanas después del Jueves Santo (Semana Santa), generalmente entre los meses de mayo y junio, sin embargo, la fecha siempre cae jueves, siendo así que el jueves 30 de mayo del 2024 se llevará a cabo esta festividad. Muchos cusqueños y visitantes esperan con ansias esta época para contemplar la procesión, ya que sin duda es una experiencia única de ver.
La festividad comienza un miércoles, un día antes de la procesión central, con la salida de cada santo de su templo. Cada santo es acompañado por una procesión que incluyen a los mayordomos o “carguyoq”, en algunos casos el alcalde del distrito, una banda de músicos o “q'aperos”, y especialmente los fieles que voluntariamente deciden acompañar a su santo.
Todas las imágenes que participan de esta gran procesión, se reúnen frente al templo de Santa Clara, para luego emprender su camino a la catedral de la Plaza Mayor del Cusco; se dice que las imágenes deben llegar a una hora determinada y respetando el orden tradicional.
Las estatuas de los santos son llevadas a la catedral y permanecen dentro, hasta el día siguiente, que es el día central de procesión. Según creencias populares se dice que se lleva a cabo reuniones entre todas las imágenes parroquiales, las noches que estas permanecen en la catedral.
El día central de esta festividad, es de gran actividad para los mayordomos, ya que están encargados de que esta fiesta se desarrolle de acuerdo a la tradición y expectativas de los fieles de cada imagen religiosa. Un claro ejemplo, es la vestimenta de cada imagen, porque cada año debe estar con sus prendas más lujosas y joyas más resaltantes para esta fiesta que hace partícipe a miles de personas de distintas partes de la ciudad del Cusco.
Las personas encargadas sacan a su santo o virgen de la Basílica de la Catedral y comienza la procesión. La Plaza Mayor se llena de gente y la emoción por ver este recorrido se siente en el ambiente. El orden en que salen los santos es el siguiente:
Los mayordomos, sin hacer distinciones, reparten regalos a los asistentes durante la procesión, repartiendo objetos como postales, recuerdos, etc. La procesión termina aproximadamente a las cinco de la tarde, después de que todos los santos regresen a la Catedral, donde permanecerán hasta el próximo jueves, en que los fieles, los mayordomos, el alcalde y demás personas retornan a sus santos hasta el templo del que provienen.
El plato tradicional de esta festividad es el Chiriuchu, plato frío y picante exquisito para los paladares exigentes. Es una mezcla de 10 ingredientes como: el cuy al horno, cau cau (huevera de pescado), gallina sancochada, cecina, qochayuyo (alga marina), chorizo, cancha de maíz blanco, queso, rocoto en rodajas y la torreja típica. Esta torreja de consistencia esponjosa es la combinación de algunos ingredientes como: maíz, zapallo y un poco de caldo de gallina durante la preparación para que tenga un sabor característico al momento de servirse.
Según algunos relatos, mencionan que su creación se remonta a la época de los incas, específicamente de los Aynis, sistema de trabajo de reciprocidad familiar, ya que al finalizar la jornada de trabajo diario, se compartía lo mejor de cada casa, formándose una mezcla de alimentos de diferentes sectores, creando así un delicioso banquete.
Un dato interesante es que este plato representa la dualidad del mundo inca, porque se presentaba como ofrenda al dios Sol, un ser cálido, este debía consumirse frío y coincidentemente de ahí proviene su nombre quechua, chiri = frío, y uchu = comida, traduciéndolo como “comida fría”.
Pasajeros felices