Esta festividad se realiza en la ciudad de Huamanga en la región Ayacucho. En estas fiestas el poblador local vive un peregrinaje de devoción y fe católica, encarnándose en los pasajes de la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
Actualmente, La fiesta comienza el Domingo de Ramos, muy temprano, con una bendición de las flores y las palmas que llevarán los niños al acompañar la imagen de Cristo sentado en un pollino. Seguidamente, el pueblo se reúne en la Plaza de Armas para presenciar la entrada del chamizo o paja, que es quemada en las fogatas del Sábado de Gloria.
Casi al mismo tiempo, del templo de Santa Teresa sale en procesión la imagen de Cristo sentado en el pollino, acompañada de una representación viva de los doce apóstoles.
La Semana Santa de Ayacucho se caracteriza por la activa participación del pueblo, dando la sensación de estar viviendo un drama colectivo en el que la población es uno de los personajes.
Los españoles conquistadores, clérigos y misioneros trajeron consigo al Perú su forma de vida; con ello vino su cultura religiosa que enseñaba el amor y moral humana. De entre ellas, la fiesta religiosa de la Semana Santa se fue introduciendo en el transcurso del proceso evangelizador en el período histórico de la colonia.
Una vez fundada Huamanga en lo que fue el asiento de Pucará, la Semana Santa cumplió un papel muy importante en la incorporación de los indígenas a la religión y a la Iglesia Católica. Aunque en un inicio esta festividad religiosa debía amoldarse a la tradición indígena, poco a poco fue muy bien acogida por ellos.
La Semana Santa en Ayacucho se celebra entre la segunda quincena de marzo a la primera semana de abril, la fecha es cambiante.
Pasajeros felices