Perú, gracias a su admirable geografía, tiene algunos de los circuitos de trekking(caminatas) más impresionantes. Estos, fundamentalmente, se realizan alrededor de las cumbres nevadas de los Andes. Además de los vistosos paisajes que encontraremos al caminar por las montañas, podremos descubrir la belleza mística de los lugares arqueológicos, en ella encontraremos y admiraremos la riqueza de caminos dejados por sus ancestros.
En tiempos del incanato, los incas llegaban a Machu Picchu a través de un camino que pasaba por imponentes palacios y templos hasta llegar a la puerta del Sol (Intipunku) desde donde se apreciaba la majestuosidad de Machu Picchu. Hoy en día ese camino, denominado Camino Inca, es transitado por miles de visitantes que conocen, entre otras, Wiñay Wayna, Phuyupatamarca, Runkuracay y Warmiwañusca, son singulares edificaciones de arquitectura inca. Debido a la cantidad de pasajeros que desean hacer este camino, se recomienda que se reserven cupos para el mismo con antelación.
Los restos arqueológicos de Choquequirao, de reciente puesta en valor, son quizá tan impresionantes como los de Machu Picchu. El camino por zonas de alta cordillera y maravillosos paisajes andinos. Es sin duda una caminata fuerte pero de muchas satisfacciones.
El Valle de Lares, situado a la espalda del Valle Sagrado de los Incas, tiene unos baños termales bien cuidados y mantenidos. Por el camino encontraremos comunidades quechuas nativas, además de espectaculares nevados y lagunas. Pasando por Wacahuasi e Ipsaycocha hasta llegar a Patacancha, desde donde se partirá a Ollantaytambo. En este paradisiaco lugar se tomará el tren hacia Machu Picchu.
La caminata alrededor del Nevado Salkantay, sobrecoge por la hermosura de sus paisajes. El primer día se llega a Soraypampa a 3 850 msnm, donde se pernocta. Al día siguiente, se recorre alrededor del nevado de Umantay para llegar al paso de Salkantay-Umantay a 4 500 msnm, con parajes de desbordante lindura. De allí se desciende hasta Chaullay a solo 2900 msnm para enrumbar al pueblo de Santa Teresa y de allí a Machu Picchu.
Pasajeros felices